Rubén Lugilde es profesor de Secundaria en el CEO Delibes de  Macotera. Lleva en el proyecto DEDOS desde que éste se inició en enero de 2011 y quiere compartir con nosotros las que transcribo a continuación:

Después de varios meses de estar trabajando cotidianamente con los iPad, hoy he podido conversar un rato con mis alumnos de tercero de ESO para conocer su punto de vista y valoraciones sobre la experiencia. De sus impresiones podemos extraer algunas conclusiones que pueden resultar de gran utilidad para valorar el camino recorrido hasta aquí y también para mejorar lo que nos queda por delante. Por supuesto no pretendo que estas reflexiones sean de un alto valor «estadístico», ya que, como he dicho, son unas anotaciones de nuestra conversación informal y no el resultado de una encuesta más o menos «científica».



La normalidad es mejor que la novedad
Reconocen que al principio el dispositivo era sobre todo una distracción, lo cual era causa de inquietud sobre todo para sus familias. Pasados unos meses parece que eso ya no es un problema para ellos, y que administran mucho mejor el tiempo de uso.

Más útil en clase que en casa
Otra observación compartida por todos ellos es que el iPad les resulta de gran utilidad en clase, pero no así en casa, ya que para elaborar los trabajos, buscar información y en general las demás utilidades informáticas, prefieren sus ordenadores personales con los diferentes programas ya conocidos.

Utilidades mejor valoradas
Reconocen que el iPad les resulta muy útil en clase para la búsqueda de información, lectura de documentos facilitados por los profesores, creación de mapas conceptuales y elaboración de documentos sencillos. Sus aplicaciones preferidas son Popplet, Apps de periódicos, navegadores, Bookman y Goodreader para leer y subrayar, Dropbox para acceder a los documentos, Dropvox para grabar audios y guardarlos en Dropbox, junto con Keynote y Pages para la creación de documentos. Me consta que emplean además otras aplicaciones como diferentes cuadernos, Instapaper para guardar noticias, grabadores de sonido…

Algunas dificultades
La principal para ellos, y también para nosotros, tiene que ver con la recogida de la información. Puesto que se trata de una experiencia en un entorno educativo formal, es imprescindible que sus tareas puedan ser evaluables, y para ello deben ser de fácil entrega y acceso para el profesor. Y de momento no hemos encontrado un procedimiento que sirva para todas las aplicaciones y actividades. Algunas tienen que enviarlas por correo electrónico, otras no son compatibles más que con su propio formato y aplicación, otras hay que convertirlas en capturas de pantalla y enviarlas como imagen, algunas se sincronizan con Dropbox y otras no, y no conseguimos la subida de archivos a nuestras aulas virtuales de Moodle.
Sin duda este es un aspecto que necesitamos mejorar y en el que nos vendría muy bien alguna sugerencia.

Otros usos
Por supuesto, además de para las tareas académicas los alumnos aprovechan sus iPad para jugar, aunque dicen que menos que al principio, para comunicarse a través de las redes sociales (Facebook, Tuenti y Twitter) y el correo electrónico, escuchar música o ver la televisión.

Valoración global
En resumen, los alumnos valoran muy positivamente la experiencia y reconocen que el iPad es muy útil en las clases pero que para realizar trabajos prefieren el ordenador. Incluso confiesan que para determinadas tareas les sigue resultado más cómodo trabajar con «boli y papel», o bien hacerlos en el ordenador y después pasarlos al iPad.  Parece que para ellos en casa es más un entretenimiento que una herramienta de trabajo.