Rubén Lugilde Yepes, profesor de Educación Secundaria Obligatoria del CEO MIguel Delibes sigue Pensando con los dedos. 

Nos ha enviado su tercer pensamiento para que podamos comprobarlo. 

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¿Hay algo que suene mejor que ver a tus alumnos colaborando desinteresadamente con otros y además resolviendo dificultades técnicas para completar una tarea?
Desde hace varios años celebramos en nuestro CEO las Jornadas Culturales, con diferentes actividades alrededor de un eje central. En esta ocasión anduvimos entre borrascas y anticiclones.

Una de las actividades fue un taller titulado Palabras al tiempo, preparada en colaboración con el profesor de Lengua (Miguel) y yo mismo.
Los alumnos tenían que crear un vídeo para ilustrar, con fotografías significativas, un texto literario de contenido meteorológico. Y además debían incluir su voz leyendo correctamente el texto. La edición se hizo en los PC de informática con Windows Movie Maker (en su edición antigua de XP) y el resultado se publicó en nuestro canal de YouTube.
¿Y qué tiene que ver esto con las Tabletas?
Como siempre en estos casos, surgieron dificultades técnicas. 
El día anterior pedimos a nuestros alumnos de 3º de ESO que trajeran sus tabletas, ya que seguramente las íbamos a necesitar para grabar las locuciones.
Así fue como  los alumnos se encontraban ante la primera dificultad:
-¿Y ahora cómo grabamos si no funciona el micro del ordenador?»

La respuesta fue la siguiente:


- Pedid ayuda a vuestros compañeros de tercero, que os lo resolverán son sus tabletas.

Y todos ellos, dejaban su trabajo a medias para echar una mano a sus compañeros. Pero en realidad ellos mismos tampoco tenían muy claro qué y cómo hacerlo. Nada más que  les hice un par de sugerencias, lo resolvieron rápida y autónomamente.
¿Cómo grabar en la tableta y enviar el audio a un PC?
Ninguno de ellos tenía una aplicación específica. Yo les orienté:
- Buscad una cualquiera en Google Play.

Dicho y hecho. Lo de buscar y descargar apps lo tienen más que dominado. Por ejemplo, rápidamente encontraron la grabadora Easy Voice Recorder.

Como eran 11-12 grupos diferentes, se les veía por todos lados: un aula libre, un rincón del pasillo, el descansillo de la escalera, incluso creo que algunos en el baño, pero la verdad es que no llegué a entrar para comprobarlo.
Pronto surgió otra pregunta: 
- ¿Y ahora cómo lo pasamos al ordenador? 

La solución fue rápida: unos directamente lo enviaron al correo electrónico del compañero, y otros compartiendo en el imprescindible Google Drive. 

Al instante cada uno tenía la grabación de audio en su PC para incorporarlo al vídeo.

Pero entonces surgió otro problema: Movie Maker no reconocía algunos formatos.
-¿Qué hacemos?

Preguntaron con urgencia ante el inminente final del tiempo asignado para terminar. 


- Umm, no sé -mentí-, pensad si se podría encontrar algo por la red para convertir formatos.

-  Ahhhh, claro

Y una vez más los alumnos de Tercero, y los de Cuarto (que como recordaréis son los que el año pasado vivieron la inmersión digital), tardaron muy poco en encontrar algún servicio online para convertir formatos de audio.

Y hasta aquí la experiencia. 
Algunos vídeos quedaron bien, otros regular y varios… en proyecto. Pero lo pasaron estupendamente y aprendieron lo gratificante que puede ser trabajar en equipo y aprovechar las herramientas tecnológicas. 
¿A que todo esto os suena más que bien? Creo que esta autonomía, creatividad y capacidad de colaboración son objetivos difíciles de conseguir. 
Y en esta ocasión hemos podido acariciarlos… con los DEDOS.