La memoria es una de las capacidades cognitivas más sensibles a dañarse en los adultos mayores. Es un proceso mental que requiere atención para analizar y comprender la información que estamos leyendo o escuchando; luego, almacenamos esa información en nuestro cerebro para que, en cualquier ocasión, podamos acceder a ella nuevamente y utilizarla (Peña-Casanova, 1991).

En ocasiones nos podemos dar cuenta de que algo anda fallando cuando existen despistes u olvidos, dificultades para recordar nueva información aprendida, incluso el recuerdo de acontecimientos futuros y citas médicas (Sardinero, 2010).

En nuestro taller de estimulación cognitiva ejercitamos esta capacidad, pero lo más importante es que aprendemos a conocerla, siendo realistas y objetivos;  identificar  las causas de los despistes nos permite ir al origen del fallo y también comprendernos con una actitud amable y tranquilizadora.

Hemos introducido en nuestra sesión un apartado de actividades que incide en la memoria cotidiana, en la de todos los días.  Para salir airoso de la actividad se tienen que poner en marcha la atención, y la capacidad de utilizar una estrategia mnemotécnica que ayude a memorizar la información y a recordarla después.

De esta manera ponemos en marcha dos trabajos:

  • Neurobiológico: para aumentar la actividad cerebral a través del esfuerzo de atención y concentración.
  • Psicotécnico: para recurrir a la puesta en marcha de estrategias aprendidas para practicar los ejercicios.

La recuperación de la información presentada al principio de la sesión, supone otro reto, porque el recuerdo vendrá a través de la resolución de una sopa de letras,  un crucigramas o un anagrama.

¡SESIÓN COGNITIVA INTENSA, LA QUE REALIZAMOS EN EL CITA!